La afición por Novak Njokovic es encapsulada, incluso en el complejo de tenis.
Acapulco, Gro., (01/mar/2017). El tercero en discordia en el torneo de Acapulco, Novak Njokovic camina asediado por aficionados y un equipo de seguridad aparatoso que incluso no permite a los reporteros que se tomen selfies y otras disposiciones para resguardar su imagen.
Es noche de martes.
Afuera de las canchas el astro serbio de los encordados es resguardado con celo por guardias privados y públicos que participan en tareas de cuidado de la integridad de los asistentes al tenis.
Le siguen expertos, niños, jóvenes, viejos, mujeres, fanáticas y villamelones.
La seguridad del renombrado jugador número dos del mundo se justifica si se toma en cuenta que una cantidad exorbitante de nueve cifras que es preferible mantener en discreción, adorna su currículum en la página de la Asociación de Tenistas Profesionales.
Tercero también es Njokovic en la disputa por la popularidad de la justa, quien tiene en los octavos de final al tenista de Argentina Juan Martín del Potro, a quien le pelea la titularidad del auditorio, mientras al extremo contrario de la siembra aparece Rafael Nadal de España quien enfatizó que tiene “bastante trabajo” por delante en el torneo.
Mientras camina, el jugador es seguido a todas partes con la mirada, con una pelota de tenis, con voces que se entrelazan, de susurros que se mezclan con aplausos que nacen en las tribunas del estadio.
La pasión que se había alejado pareció regresar con la presencia de este tenista con residencia en Mónaco, 67 títulos internacionales, y marca de 758 ganados-156 perdidos.