(1) Acapulqueños Olímpicos (1): Carlos Turquie, el esquiador de fuego.

 

Foto: El esquiador acuático Carlos Turquie, a la izquierda. Lo acompañan Toribio Dorantes y Maco Morlett. Cortesía: Elisa Turquie Alcérreca.

 

HB Deportes

 

Por: Héctor Briseño.

 

Acapulco, Gro., (24/oct/2018).

 

Con motivo de los Juegos Olímpicos que se conmemoraron en México hace 50 años, del 12 al 27 de octubre de 1968, presentamos el primero de tres trabajos especiales dedicados a esta justa deportiva, relacionados con los años dorados del olimpismo, el deporte y el turismo en Acapulco.

 

(1/3). En la primera entrega recordamos a Carlos Elías Turquie (QPD), esquiador internacional quien portó la llama olímpica en su recorrido por la bahía de Acapulco, sede de la competencia de vela de la justa veraniega, en entrevista efectuada el 2 de abril de 2008. El miembro del Salón y Museo de la Fama del Deporte Guerrerense, ya hacía referencia al declive del puerto como destino turístico, y su ilusión porque la bahía recobrara su esplendor.

 

Aquí el texto:

 

 

Carlos Elías Turquie, “el esquiador del fuego”.

 

Acapulco, Gro., (2/abr/2008). El portador de la antorcha en los Juegos Olímpicos de México 68, en uno de los relevos realizados en la bahía de Acapulco, el esquiador Carlos Elías Turquie, sostuvo que la Bahía de este puerto es una de las más bellas del mundo.

Sentenció que “en comparación con otros sitios para aprender a esquiar, yo he viajado por diferentes países y ninguno es tan bello como este escenario, la bahía de Acapulco”.

 

 

Foto: Cortesía David Noh Colli.

 

Con 74 años cumplidos, de origen sirio, Carlos Elías relató que su familia arribó a este puerto en busca de oportunidades, en los años 40.

Gracias a una exhibición del equipo profesional de esquís de Cypress Garden, de Miami Florida, fue que se interesó desde los 12 años en esta especialidad acuática, de la cual en la actualidad no queda casi rastro alguno.

 

Generación de esquiadores.

Carlos Elías señaló que “en aquellos años surgió una generación de esquiadores acapulqueños que recorríamos el mundo ganando competencias, ofreciendo exhibiciones. Entre los nombres que recuerdo de aquella época te puedo mencionar a Quirino Ramírez, Edmundo Villegas, Marco Antonio Morlett, Ricardo Olvera y Toribio Dorantes”.

El mismo Carlos Elías explica los secretos para conseguir la victoria en competencias realizadas en países de Europa y Asia: “Gracias a que nosotros entrenábamos en el mar, íbamos bien preparados y podíamos vencer a otros competidores del mundo, quienes sólo podían entrenar en un lago o en una laguna”.

Entre las victorias más destacadas de Elías Turquie en el ámbito internacional, destacan las de Acapulco en 1952, el campeonato internacional de novatos; posteriormente fue campeón internacional en 1960, 1962 y 1963. Además ocupó el segundo puesto en el Torneo mundial de Beirut, Líbano, en 1955.

 

Foto: Show de esquí bahía de Acapulco (12/ago/2017).

 

Fiebre por el esquí.

Carlos Elías recordó que “en las décadas de los 50 y 60 llegaban a Acapulco las familias más famosas de México con sus hijos para aprender a esquiar; las aguas de Acapulco ofrecen mucha seguridad a los practicantes de deportes acuáticos”.

Enfatizó que “el mar de Acapulco es muy tranquilo, casi nunca está picado, tenemos un escenario que está desperdiciado”.

Subrayó que “la época más intensa se vivió entre 1955 y 1965, cuando todo el tiempo había personas enseñando y aprendiendo a esquiar”.

Elías Turquie señaló que durante los mejores años del esquí acuático en la Bahía existía una pista diseñada con boyas gigantes.

Mencionó que “uno de los atractivos que yo traje para hacer más emocionante la exhibición fue el papalote, gracias al cual nos manteníamos gran parte del recorrido en el aire”.

Sin embargo, atribuyó la desaparición del esquí acuático en muchas regiones del planeta a la tecnología, pues han aparecido nuevos deportes o atractivos como la moto acuática, sin mencionar la televisión y los videojuegos.

Al concluir la entrevista, melancólico, Turquie manifestó que “me da tristeza que toda esa belleza se haya terminado; todo eso desapareció. De algo tan bello que teníamos solo quedan recuerdos”, expresó Carlos Elías, quien refleja pesar cuando se refiere al puerto de Acapulco en la modernidad.