Día 1: Temor y apocalipsis en Acapulco tras paso de Otis.

 

 

 

HB Deportes

 

Por: Héctor Briseño.

 

Acapulco, Gro., (26/oct/2023). La ciudad y puerto de Acapulco se convirtió en escenario apocalíptico.

Al paso de la horas crece la incertidumbre, familias de Acapulco y otras partes del país, no pueden comunicarse con sus seres queridos incluso en la propia ciudad, debido a la falta de transporte público y telefonía, como doña Elizabeth, prestadora de servicios que busca a sus hijos Alejandro y Carlos Marroquín, quienes viven en la colonia Vacacional.

Tras el amanecer del 25 de octubre, en que los acapulqueños se percataron de los destrozos que ocasionó el huracán Otis, comenzó la limpieza de calles y viviendas, pero no es labor sencilla: árboles centenarios fueron arrancados por la fuerza del viento de forma inmisericorde, postes y cables forman obstáculos y laberintos sobre el asfalto para quienes bajan de las partes altas de la ciudad a surtirse de comestibles.

 

 

“Tenemos que hacerlo nosotros porque protección civil no se va a dar abasto”, comentó un vecino mientras cortaba con machete las ramas de un árbol.

La necesidad de conseguir agua y alimento se convirtió en saqueo descarado de centros comerciales, o lo que quedó de ellos, como Soriana Costera, de la cual solo sobrevivieron estructuras y fierros.

Desde la tarde del miércoles 25 de octubre, decenas de familias se abalanzaron a tiendas como Walmart, Soriana, Sams, Aurrerá, de donde salían con carritos de supermercado, bolsas, cartones, con todo tipo de mercancía.

“¿Todavía queda agua?”, se le preguntó a un grupo de jóvenes que salían de un Oxxo, una de ellas respondió que “no, pero encontramos una chamarra por si hace frío, también hay cerveza, aproveche”.

“Apúrate porque esto se va a poner muy cabrón, no se va a arreglar en dos o tres meses”.

En las calles se escuchan todo tipo de rumores, además del sobrevuelo de helicópteros.

 

 

Entre las colonias más afectadas se encuentra Bocamar, El Roble, Costa Azul, La Laja, Morelos, Icacos, la Pancho Villa, el bulevar de las Naciones, la zona Diamante, hasta donde se sabe.

“Acapulco está destruido, parece zona de guerra”, expresó la responsable de relaciones públicas de un hotel en la zona Dorada.

“Del hotel Dreams (antes Hyatt), quedó el cascarón”, expresó una prestadora de servicios.

El viento arrasó espectaculares, tiró la barda perimetral de la planta de Pemex, en Icacos.

Los daños son incalculables, al igual que el escepticismo ciudadano de que la normalidad se restablezca, ante la falta de electricidad y de telefonía celular.

Las calles principales apenas son accesibles en vehículo.

“Ayer había gobierno, los de la Marina estaban retirando árboles de la Costera, hoy no hay nada”, dijo un transeúnte.

“Dice un trabajador de la Comisión Federal de Electricidad que no habrá luz hasta dentro de dos meses”.

 

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