Del llano a la gloria, cuando futbolistas de Guerrero dominaron el Caribe en 1992.
Imágenes: Del archivo de Erick Valdovinos e Ignacio Vázquez.
HB Deportes
Por: Héctor Briseño.
Acapulco, Gro., (24/mar/2021). Unión, humildad, trabajo en equipo, fueron la clave para ganar el campeonato nacional de futbol amateur sub-21 Benito Juárez, disputado en el estado de Quintana Roo, justo hace 29 años, recordaron integrantes de la selección de Guerrero, la cual contra todos los pronósticos, conquistó el certamen de futbol de aficionados, cuyo juego final se disputó un 28 de marzo de 1992.
El campeonato representa uno de los máximos logros del futbol amateur en la entidad, con una selección integrada en su mayoría por acapulqueños y tres refuerzos de la Tierra Caliente.
El entrenador de aquel equipo, Ignacio Vázquez, recuerda con nostalgia aquellos momentos, desde la selección de los jugadores, los azarosos viajes entre las ciudades sede, Cozumel, Carrillo Puerto y Chetumal, y todos los partidos del torneo, ganados con contundencia y amplitud.
Relató que “era un equipo muy humilde, con mucha armonía, un buen grupo, puro chamaco de barrio, teníamos que platicar con ellos porque algunos llegaban con ideas muy confundidas”.
Como mis hijos.
El entrenador mencionó que “yo los veía como mis hijos, me dieron una satisfacción tan grande, sin ellos no lo hubiera podido hacer, verdaderamente tenían hambre”.
Ignacio Vázquez subrayó que la disciplina era muy importante, pues algunos jóvenes acapulqueños se sentían consagrados.
Recordó que “yo les decía, díganme a quién le ganaron, ¿al Real Madrid?, ¡al Barcelona?, para hacerlos entrar en razón, a las 8 de la noche los citaba en la Unidad Deportiva Acapulco para entrenar y llegaban a las 7, terminábamos a las 10 y algunos se quedaban todavía a entrenar”.
En entrevista, Ignacio Vázquez todavía recuerda uno a uno, los equipos a los que se impuso Guerrero, Distrito Federal, campeón defensor al que le propinaron cinco goles contra cero; además de Chiapas, UNAM, Durango, San Luis Potosí, Baja California y Laguna.
“Jugábamos por orgullo”.
Para el portero del conjunto guerrerenses, Erick Fabián Valdovinos, de la colonia Zapata de Acapulco, quien jugó todos los minutos del torneo, el éxito del conjunto guerrerense fue la unión.
Señaló que “no teníamos estrellas, todos los jugadores teníamos in nivel increíble, desde el número uno hasta el 23, no había un solo jugador titular, se jugaba por nota”, relató emocionado.
Valdovinos subrayó que “jugábamos por orgullo, por defender los colores, primero de nuestra colonia, después del municipio y el estado, ahora los chamacos son chocantes, quieren que les paguen por ir a jugar por Acapulco; antes los trofeos eran gigantes, y queríamos ganarlos”.
Al hacer referencia al entrenador, Valdovinos resalta que “Nacho tenía un olfato para sacar el máximo provecho a cada futbolista, era impresionante, no repetía cuadros, se iba a ver todos los partidos y ya en la noche nos daba la charla técnica en el hotel, a estas alturas todavía estábamos jugando la primera ronda del campeonato.”
Erick Valdovinos resaltó que en la actualidad el futbol es muy físico, y los equipos se integran por amigos, y no se hace una real selección.
Recordó que “nosotros fuimos a jugar un nacional un año antes, era sub-18, y para 1992 cambiaron las reglas, era sub-21, y la mayoría de nosotros teníamos 19 años”.
Añadió que “nos fuimos con muchas carencias, muy limitados, pero gracias a Dios se hizo la hazaña”.
Algunos elementos de aquel conjunto eran Mario Alberto Landeros, Mario Clemente, José Carlos Orozco, Felipe Luviano, Leonardo Lumbraño, Erick Polanco, Héctor Carrasco, Juan Manuel Álvarez, José Luis Serna, Ceferino Catalán, Carlos Reyes, Edgar Lizardo Ruiz, Martín Girón, Mario Alberto Serafín, Josué Rentería, Sergio Rico, Bernardo Olea, Óscar Rosales, Marco Rodríguez, Carlos Patiño y Mauricio Ayala, además de los promotores Hilario Salar, Terán y Lalo Rico.