La exitosa campaña de displicencia gestada en Fidetur Acapulco.
HB Opinión
Por: Héctor Briseño.
Acapulco, Gro., (9/ago/2020).
La tarde del 4 de octubre de 2018 un grupo de turistas de diferentes estados protestó en el interior del centro de convenciones Mundo Imperial, para acusar de fraude al organizador de una exposición de pequeños empresarios publicitada por el Fideicomiso de Promoción Turística (Fidetur) de Acapulco.
Caía la noche y después varias horas, ningún funcionario de turismo se acercó, al menos por cortesía, a dar atención de “brothers“, a los viajeros de negocios, quienes vieron como su inversión se esfumaba en tres días de sinsabores: la supuesta feria de negocios llamada Horeca, resultó un fiasco.
Fidetur se lavó las manos, con el argumento de que lo suyo se limita a promocionar.
Un directivo de Fidetur se refirió a este reportero como “visceral”, por dar voz a los turistas.
Así la displicencia del órgano responsable del fomento, entre otros casos, en la actual gestión.
Cifras de la indiferencia.
Contrasta la atención brindada a pequeños empresarios defraudados por Horeca, con las deferencias que se procuraban directivos de Fidetur en la Feria de Turismo de Madrid, a la cual acudieron anualmente durante la actual administración, así como a ferias en Colombia y Florida, entre otras ciudades mexicanas, con gastos pagados por el organismo en cuestión, que opera con dinero de impuestos a hoteles y el gobierno del estado.
Así lo refiere un desglose de gastos del primer semestre de 2018, que hace referencia a la utilización de 99 millones de pesos, destinados a vuelos, estancias, celulares, compañías y campañas de las cuales nunca se aclararon los motivos de contratación.
La respuesta de Fidetur para descartar los gastos mencionados en “alguna nota periodística”, fue ¿avasallante?: los esfuerzos impulsaron el incremento de 3 por ciento de ocupación hotelera entre 2015 y 2018.
Con el sello de la casa, la opacidad, fue suspendida la administradora de Fidetur Acapulco, Silvia Sandoval Peláez, por irregularidades en la auditoría del ejercicio fiscal 2018. El resultado de la indagatoria contable permanece como desconocido.
En 2018, el presupuesto oficial de Fidetur fue de alrededor de 47 millones de pesos, equivalente al monto asignado en cinco años, de 2011 a 2015.
Discriminación y desprecio.
Contrasta también el trato a reporteros locales, a quienes se invitaba a desayunos en los que solo se servía café y galletas.
Subrayo, recalco, uno no asiste a desayunar, pero saltan dudas cuando uno se pregunta a quién sirvieron los platos anunciados o qué cuentas se pagaban.
Sin mencionar el trato preferencial a prensa afín al organismo.
Lugares comunes.
Se repite hasta la saciedad que el turismo es el máximo generador de recursos de Acapulco.
Por ello sorprende que tras la difusión del promocional del puerto, digno del cine de autor con sello Stanley Kubrick, ni el Ejecutivo, ni el Poder Legislativo, ni el gobierno municipal, supieran nada, cuando encabezan o forman parte del Comité técnico de Fidetur, órgano ejecutor de la instancia.
Displicencia y omisión.
Llama la atención el trato proporcionado al hotel Elcano, administrado por otro directivo de Fidetur, cuando el gobierno estatal remodeló la calle de acceso a la hospedería, misma vía pública de la que meses antes, el 23 de agosto de 2018, guardias privados del hotel echaron a reporteros que cubrían una protesta de trabajadores.
Soberbia e indolencia.
Escandaliza la falta de transparencia, no solo por el manejo de recursos de una instancia que debe ser transparente por su papel en la difusión de las bondades del destino.
Genera dudas la negación del gobierno estatal de encargar a hoteleros locales y empresarios de éxito el control de Fidetur, cuando la gestión podría cederse a líderes de éxito demostrado en hotelería.
Diversificar pues, la oferta, democratizar las decisiones y los beneficios. Pero hasta los Hernández, Cossío, Saba, Alemán, Azcárraga, son dejados fuera de los términos de una ecuación en la que sobresalen las incógnitas.
En los últimos dos años, intentos de legisladores locales de llamar a cuentas a Fidetur han quedado en ingenuas intenciones.
Continuidad.
En solicitud de acceso a la información en 2015, Fidetur respondió, a pregunta expresa, cómo se medía el impacto de las campañas: “Los beneficios se miden en base a los medios utilizados y los impactos de su audiencia”.
En esos términos, la campaña “Playing Acapulco since 1930”, lanzada falsamente en agosto de 2020 como nueva, cumplió su cometido: el puerto se posicionó, se menciona la palabra transparencia por ahora, y logró que la opinión pública ponga atención en un organismo clave en instantes de crisis.
Lo lograron. Triunfó la displicencia. Buscan ahora secar semillas de la duda, antes de que crezcan, total, la belleza de Acapulco resiste hasta las descargas.
Fotos: Susana San Juan, Agencia Tintarena, HB, Fidetur Acapulco.