“Tienes un corazón grande, vas a salir adelante”: Ángel Salas.

Foto: Los cronistas deportivos Ángel Salas (QPD) y Salvador Serna, en la conducción del Desfile Deportivo (20/nov/2018).

 

HB Deportes

 

Por: Héctor Briseño.

 

Acapulco, Gro., (21/mar/2019). Me fue imposible no llorar, horas después de conocer la noticia del fallecimiento del profesor Ángel Salas Romero, cronista deportivo de Acapulco, este jueves a mediodía.

Si acaso por el reconocimiento no ofrecido personalmente.

Tal vez por ese agradecimiento no externado, aunque siempre sentido, fraternalmente, a través de un apretón de manos, de un saludo, siempre a prisa, porque en esta lateral que es el periodismo uno siempre está corriendo y la reflexión fácilmente se pospone para un mañana, que a veces llega tarde.

Los cronistas deportivos de un municipio como el de Acapulco, estamos unidos por una especie de lazo invisible.

Siempre contracorriente en las redacciones, siempre al último en las ediciones, nos hemos forjado casi siempre en contra de la marea.

Otro detalle es el mercado de trabajo, la resistencia, quienes llegan buscando el oropel de las cadenas deportivas de televisión, salen huyendo en cuanto pueden, primero de las canchas fangosas de fútbol del barrio, de los gimnasios desvencijados de boxeo, de los atletas que se abren paso, de los espacios poco iluminados en que el deportista acapulqueño entrena para hacer realidad sus ilusiones; luego del olvido de las notas deportivas locales en los diarios.

 

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Pero usted profe, siempre mantuvo el orgullo y la dignidad en alto.

Cronista deportivo en toda la extensión de la palabra.

Respetuoso del lenguaje y la locución, estricto con las formas, muy serio pero cariñoso en el trato.

Hay que decirlo, también aguantaba la “carrilla” cuando alguien se burlaba de sus Pumas, apenas el fin de semana me respondía una de mis “afrentas” al club de sus amores por perder ante el Puebla.

“Miéntame un hombre”, decía para referirse a algún personaje non grato de esos que abundan en pasillos y andadores de la política y el deporte local.

 

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Tal vez sea por esos detalles que nos duele su partida, porque los días pasan lentos, pero el tiempo pasa rápido.

No siempre se puede contener el llanto.

Porque todavía escucho su voz dando un consejo, una voz de aliento.

Si acaso por aquellas palabras que dijo a mí oído días después de fallecer mi padre: “tienes un corazón grande, te vas a reponer pronto y vas salir adelante”.

 

“Hasta siempre profe”

 

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