“Goles al agua”, así se juega futbol en el verdadero Acapulco.
HB Deportes
Por: Héctor Briseño.
Acapulco, Gro., (11/jun/2018). El reloj marca las 8 de la noche en el Malecón del zócalo del puerto, cuando jóvenes de diferentes colonias terminaron de precipitarse una y otra vez al agua fría ante la vastedad del océano.
El aviso de protección civil por fin se hizo realidad, y una nube negra descargó su furia en instantes sobre el centro de Acapulco.
Es la hora de dividir los equipos y futbolistas descalzos provenientes de la Jardín, Ejido, Petaquillas, Calle 5, Renacimiento y Vacacional, se ponen de acuerdo para entablar un duelo callejero más, uno de tantos que disputan cada tarde al ocaso del cielo de Acapulco.
“Estos jóvenes son el verdadero Acapulco”, expresó un viejo aficionado al boxeo que no pudo ver la función de homenaje al ex pugilista profesional acapulqueño Marcos Villasana, debido a la intensidad de la lluvia que obligó a desmontar el cuadrilátero la tarde del sábado.
Mejor para ellos, ocho jugadores que anotan goles al mar e incluso driblan camiones urbanos sobre la costera.
Una vieja lámpara apenas ilumina la cancha de cemento mojado; uno que otro turista mira con sorpresa el partido y el panadero debe esquivar a los deportistas costeños.
Sueños de futbol al ocaso.
Frases elaboradas con balbuceos, surgidas al vapor, entre jadeos, al calor de una entrada, así se comunican los jóvenes goleadores, como se enarbola una jugada para irrumpir en la portería adversaria.
“¡Ora carachio, carachio, pasa la bola, la bola!, ¡nooo, otra vez se fue a agua!”, se mezclan las voces.
Otros responden: “Ahora vas tú; ¡Échala, échala, échala, jajajaja!”, cuando sonrisas irrumpen surgidas de la nada.
“¡Deja la bola tú ya estás grande!”, fue el reproche natural a un trabajador de los yates de recreo Acarey, que terminó en carcajadas de todos.
Así transcurre la tarde, el ocaso de un día de junio.
-¿Cómo se llama el mejor jugador? -Se pregunta a uno de ellos.
-Ahh se llama David el Panchudo, así póngale. -Responden entre sonrisas.
-¿Cuándo vienen a jugar?
-Venimos todos los días.
-¿Y juegan puro futbol?
-Hay talento pero hacen falta oportunidades. -Observó con sapiencia un atleta nato.
La conversación es breve, las luces se agotan. La adrenalina corre por sus venas.
Adolescentes acapulqueños disputan así partidos de futbol al ocaso.
Así se juega futbol en el verdadero Acapulco.
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