Desde alpinismo hasta ajedrez, en los rincones de El Origen en Centro Cultural.
HB Cultura
Por: Héctor Briseño.
Acapulco, Gro., (18/ene/2018). El Origen, instalación artística en la que se mezclan interiores con iluminación tenue y tonalidades en blanco, se mantendrá hasta el 25 de enero en el Centro Cultural Acapulco.
Detalles.
El artista y arquitecto mexicano Gabriel Sánchez Viveros, plasma en cada pieza que conforma esta exposición, la premisa con que se conduce en la vida, el desarrollo de una idea a través del despliegue de la creatividad y el ingenio para provocar una reacción y aprendizaje en el público.
Para ello, subrayó la importancia de llevar a cabo las ideas en la realidad.
El origen.
La instalación se conforma en su mayoría por cáscaras de huevos de avestruz, a través de las cuales, Sánchez Viveros plasma un concepto de profundidad y movimiento al aprovechar cada espacio en la Gran Galería del Centro Cultural Acapulco.
Testimonio visual.
En entrevista, Sánchez Viveros, quien se confesó como un apasionado del interiorismo, arte y mobiliario, expresó que “utilizo huevos de avestruz, los cuales destruyo y los vuelvo a reconstruir”.
Manifestó que su idea fue el desarrollo de un universo dentro de un espacio en el que convergen diversas proyecciones sobre el origen de la vida, las ideas, la alegría, el amor.
Así nació la idea de jaque mate, un tablero de ajedrez de madera, donde luce un imponente huevo negro, completo, junto a un rey caído, representado por un cascarón blanco y roto.
“Obsesión”, donde decenas de huevos de avestruz yacen sobre una cama de fierro sobre una figura humana compuesta a base de cascarones blancos.
Sorprende al espectador Magma, instalación de técnica mixta a base de cable, 70 lámparas a base de huevo de avestruz, alambre, cascarón de huevo de avestruz, donde el creador desafía a la imaginación, al emular la erupción de lava incandescente de un volcán.
Así hasta llegar a “Iztactlactl” o hombre blanco, montaña blanca y nevada con forma de ser humano, en la que conviven decena de seres humanos en movimiento y culturas, en escenarios completamente distintos.
Sánchez Viveros, de 55 años de edad, con experiencia como arquitecto en Dubai, expresó que “trabajo mucho con las formas en ovoide y curvas de los huevos”.
