La voz de mujer que salvó vidas hace 19 años, cuando la tragedia del “Pauline”.

 

Por: Héctor Briseño.

 

Acapulco, Gro., (9/oct/2016). Hace 19 años la voz de Ana María Gaspar Pineda se convirtió en bendición de muchos acapulqueños, en palabra de aliento.

Para conductores de taxi que quedaron atrapados en el Paso a desnivel, frente al parque Pagapayo, fue la última persona que escucharon antes de morir ahogados por el agua y lodo que inundó el túnel, mismo que  ordenó construir el ex gobernador Rubén Figueroa Figueroa más de una década antes para mostrar la modernidad urbana de Acapulco.

A casi 20 años de ocurrir el huracán Pauline, un 19 de octubre de 1997, doña Ana recordó la tormenta que arrasó la ciudad de Acapulco, y como con una radio de banda ancha o CB, fue la única mujer que ayudó desde su trinchera, ubicada en la parte alta del puerto, con el manejo de claves y frecuencias, que provocaron que ganara el respeto de taxistas y aficionados al radio de banda ancha.

 

“Había muchas personas muertas”.

A sus 64 años, Ana María recordó que después de los ocurrido en octubre de 1997 se convirtió en trabajadora de protección civil.

-¿Cómo vivió las horas después del huracán  Pauline. –Se le preguntó tras acudir la mañana del domingo a montar guardia en la plaza de la Esperanza, en la avenida Cuauhtémoc, en memoria de las personas fallecidas por aquel fenómeno meteorológico.

-Tengo el gusto de haber trabajado con muchos taxistas de Acapulco para el rescate de personas. Podía comunicarme a varias ciudades de Estados Unidos, había muchos mexicanos que estaban angustiados por sus familias en Acapulco, no había comunicación, no había luz, no había teléfono.

Ana María señaló que “los taxistas hacían la labor física y yo con el radio CB les decía en qué lugar había personas con problemas. Fue  radio regalado”.

Agregó que “aprendí a usarlo tres meses antes del huracán Pauline, me llamó la atención que yo tenía llamadas a Cuba, a Estados Unidos, al parecer me estaba preparando para lo del huracán Pauline”.

La mujer habla acerca de la muerte que provocó la lluvia, “había muchas, muchas personas muertas, fue algo muy de feo de verdad”.

 

“No pare de hablar por favor”.

Lo ocurrido aquellas horas de la noche en Acapulco se convirtió en tragedia.

Gaspar Pineda mencionó que “en el paso a desnivel quedaron atrapados varios carros, iba subiendo el agua, pero también era lodo”.

Surge el recuerdo de una voz que pedía acompañamiento para morir.

Ana María recordó que “le empecé a hablar cosas positivas, agradables, por si mi voz le servía de algo”.

Agregó que “yo le decía al muchacho haz todo lo posible, abre la puerta, abre la ventana, debe haber alguna manera de salir, y  me dijo: Ya intenté de todas las maneras y no hay forma de que yo pueda salir; me pidió que yo le siguiera hablando”.

 

Misión cumplida.

Aña María consideró que en la actualidad sería difícil establecer una red de comunicación a través de la radio de banda civil debido a la inseguridad, “pues ya no se puede confiar en nadie”.

Se ha retirado de la actividad laboral, y de su labor solo menciona satisfacciones.

Ana María resaltó que “en Acapulco nació la protección civil, tuve muchos amigos, conocí a mucha gente de diferentes colonias, siempre ha sido mi labor el ser voluntaria”, y recomendó a personas que viven en zonas de riesgo que busquen un lugar seguro para vivir.

 

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